SUEÑO Y COVID-19
¿En los últimos meses has dormido lo
suficiente?, al despertar ¿sientes que tu sueño fue reparado? De acuerdo con la
Universidad de Guadalajara mencionan que el insomnio, la apnea del sueño y las
roncopatías (ronquidos), son los trastornos del sueño más frecuentes en la
población mexicana y los motivos de consulta principales en las clínicas. Aunado
a esto, existen más de 80 trastornos del sueño, lo que representa que el 40% de
la población presenta insomnio mientras que las roncopatías la llegan a
presentar tres o cuatro personas de cada 10, con estos datos vemos la presencia
de un problema de salud y que se llegó a recrudecer en el transcurso de esta emergencia sanitaria a causa de COVID-19,
en donde nos enfrentamos a una realidad donde nuestros hábitos de sueño han
cambiado ante la preocupación de los contagios o en su defecto la preocupación
por contagiarse. Aunado a esto las actividades diarias se han visto mermadas y
modificadas haciendo que nuestro cerebro se reajuste a una nueva cotidianidad, pero
¿qué pasa cuando no nos adaptamos? todo ese cúmulo al paso de los días en casa
puede generar ansiedad, insomnio o alteraciones en nuestra forma de dormir.
El mal sueño y el insomnio
pueden llegar a afectar la función de nuestro sistema inmunológico reduciendo
las defensas de nuestro cuerpo mismos que llegan a impactar de manera negativa,
al intentar conciliar el sueño. Algunos ejemplos son: el riesgo que corremos al
contagiarse un familiar, el aislamiento prolongado que nos lleva a vivir con incertidumbre,
etc.
Todo esto trae como
consecuencia que desarrollemos estrés, el cual lo definiremos como esa
sensación de estar o sentirse abrumado ante un desafío. Todos lo experimentamos
cuando algo es nuevo para nosotros o va más allá de lo que podemos entender. Al
estar experimentando estrés en ocasiones puede favorecer la aparición de
síntomas de ansiedad, esta surge a causa de preocupaciones o miedos exagerados,
cambios en nuestro comportamiento, así como en nuestra rutina de descanso y el estado
de ánimo. La ansiedad nos va a afectar de manera importante cuando sentimos que
somos menos capaces de estar a la altura de los desafíos que tenemos frente a
nosotros, lo que con frecuencia llega a afectar de manera significativa nuestra
calidad de vida.
Pero, ¿cómo debemos enfrentar
esta situación? es muy importante tener pasatiempos como leer, hacer ejercicio
o realizar actividades que no realizábamos por falta de tiempo y tener una
buena alimentación, para beneficiar la buena calidad del sueño. Lo primordial es
tener una higiene de sueño para poder mantener un ritmo regular sueño-vigilia
de una manera adecuada tomando en cuenta que antes de disponernos a descansar
debemos tener un momento de relajación, buscar el confort en nuestra cama
considerando una hora para dormir y despertar. Debemos recordar que el espacio del
que disponemos para dormir solo lo ocupemos para eso y evitar mezclar otras
actividades que puedan comprometer nuestro buen descanso.
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